Debarim - Por Monseñor Silvio José Báez. El bautismo de Jesús es la gran revelación de la presencia salvadora de Dios en la historia. A través de una manifestación excepcional de Dios, Jesús es presentado públicamente como el Hijo sobre el cual desciende la fuerza del Espíritu como en una nueva creación. Se abren los cielos, símbolo de la trascendencia de Dios, y se escucha la voz del Padre que presenta al Mesías-Siervo como al Hijo amado en quien se complace. Como Cristo, también el creyente está llamado a realizar un programa de vida, de justicia y de liberación en favor de los hombres. Por el bautismo, también los creyentes, movidos como Cristo por el Espíritu, están llamados a hacer el bien y a sanar a todos los que viven oprimidos por el mal (cf. Hch 10,38). Leer más