Jesús quita "el pecado del mundo" a través de la luz de su palabra y de la fuerza del Espíritu que él da a quienes llegan a creer en Él. A través de la escucha obediente y vital del evangelio, de la apertura del corazón a la fuerza de Dios y de la denuncia de todo aquello que se opone al proyecto de Dios, el creyente llega a experimentar la liberación de las tinieblas de la mente, del corazón y de la sociedad. - Mons. Silvio José Báez, Obispo Auxiliar de Managua, Nicaragua. Leer más