martes, 18 de mayo de 2010

DE PIQUITO EN PIQUITO

Hola mis hermanit@s, que el Señor les bendiga y les guarde con todas sus familias.

En este mes estamos en la Misión de las Familias; en cada Comunidad se invita a que las familias enteras lleguen a la Santa Misa.

En el campo tienen la tradición de que en la Iglesia las Mujeres están sentadas en las bancas, los hombres se quedan atrás de pie.

La primera lucha es lograr que se sienten juntos los padres e hijos. Luego, iniciamos la celebración pidiendo que las familias se pidan perdón y vieras que complicado es esto, se les nota nerviosismo. Luego dirijo una oración de perdón ...... y si les cuesta.

Oramos todos con la Palabra de Dios en Eclesiástico 3,1-16: "¡Hijos, óiganme, les habla su padre! Sigan mis consejos y se salvarán. Porque el Señor quiso que los hijos respetaran a su padre, estableció la autoridad de la madre sobre sus hijos. El que respeta a su padre obtiene el perdón de sus pecados; el que honra a su madre se prepara un tesoro. Sus propios hijos serán la alegría del que respeta a su padre; el día en que le implore, el Señor lo atenderá.

El que respeta a su padre tendrá larga vida; el que obedece al Señor será el consuelo de su madre. Servirá a los que le dieron la vida como si sirviera al Señor. Actúa así, honra a tu padre de palabra y de hecho, y su bendición se hará realidad para bien tuyo. Pues la bendición de un padre afirma la casa de sus hijos, pero la maldición de una madre la destruye hasta los cimientos. No te alegres de la deshonra de tu padre: su vergüenza nunca será motivo de gloria para ti. El honor de un hombre depende de la reputación de su padre; cuando una madre mereció el desprecio, salieron deshonrados sus hijos.

Hijo mío, cuida de tu padre cuando llegue a viejo; mientras viva, no le causes tristeza. Si se debilita su espíritu, aguántalo; no lo desprecies porque tú te sientes en la plenitud de tus fuerzas. El bien que hayas hecho a tu padre no será olvidado; se te tomará en cuenta como una reparación de tus pecados. En el momento de la adversidad será un punto a tu favor, y tus pecados se derretirán como hielo al sol. Abandonar a su padre es como insultar al Señor; el Señor maldice al que ha sido la desgracia de su madre." Palabra de Dios.

Al finalizar la Homilía yo les pido usualmente dos cosas: la primera renovar el amor, ahí es el punto más complicado, el nerviosismo se apodera, sudan, se ponen con mucha pena... renovamos el compromiso ante Dios y luego pedimos que los padres bendigan a sus hijos con la señal de la Santa Cruz en la frente y den un abrazo a sus hijos, esto trae consigo otra dificultad, el campesinado es poco expresivo y se nota la presión.

Pedimos la bendición de Dios a la Familia, teniendo presente la Palabra de Dios en Números 6,22-26: "Yavé dijo también a Moisés: «Di a Aarón y a sus hijos: Así bendecirán a los hijos de Israel. Dirán: «¡Yavé te bendiga y te guarde! ¡Yavé haga resplandecer su rostro sobre ti y te mire con buenos ojos! ¡Yavé vuelva hacia ti su rostro y te dé la paz.» Es así como ellos pondrán mi Nombre sobre los hijos de Israel, y yo los bendeciré."

En este momento les pedimos que se den un beso de amor y reconciliación, piquito, piquito, este es el punto álgido de la timidez, pues tampoco tienen la costumbre de hacerlo y menos en público...

Ciertamente la oración en Familia, es una santa Tradición que persisten en muchas casas. En muchas de ellas todos los días los padres antes de acostarse oran en familia y bendicen a sus hijos. Acostumbran en Mayo también el rezo del Santo Rosario.

En la Paz, invitamos a la Familia Cristiana de la Comunidad a darse un signo de paz. En la Comunión cantamos la Oración de la Familia.

Que ninguna familia comience en cualquier de repente
que ninguna familia se acabe por falta de amor.
La pareja sea el uno en el otro de cuerpo y de mente
y que nada en el mundo separe un hogar soñador.

Que ninguna familia se albergue debajo del puente,
y que nadie interfiera en la vida y en la paz de los dos,
y que nadie los haga vivir sin ningún horizonte.
y que puedan vivir sin temer lo que venga después

La familia comience sabiendo porque y a donde va,
y que el hombre retrate la gracia de ser un papá.
La mujer sea cielo y ternura y afecto y calor
y los hijos conozcan la fuerza que tiene el amor.

Bendecid Oh Señor, las familias, Amén
Bendecid Oh Señor, la mía también
Bendecid Oh Señor, las familias, Amén
Bendecid Oh Señor, la mía también.

Que marido y mujer tengan fuerza de amar sin medida,
y que nadie se vaya a dormir sin buscar el perdón.
En la cuna los niños aprendan el don de la vida,
la familia celebre el milagro del beso y el pan.

Que marido y mujer de rodillas contemplen sus hijos,
que por ellos encuentren la fuerza de continuar.
Y que en su firmamento la estrella que tenga más brillo,
pueda ser la esperanza de paz y certeza de amar

Al final no puede faltar el compartir los alimentos, con humildad y sencillez. Y así, de Comunidad en Comunidad, de Piquito en Piquito, el Señor acompaña, bendice y anima a las Familias en Villa Sandino.
Amén

P. Oscar