jueves, 8 de julio de 2010

ANDO MALUQUIADO, CON DOLOR EN LA JUPA Y EN TODO EL CACASTE

En estos tiempos de lluvia, hay más enfermedades, me encontré con un amigo chofer, entregado al Señor de toda la vida... lo vi bien enfermo y me compartía que algunas veces esta triste, su corazón afligido y parece que las cargas del mundo están en su corazón, con desánimo, problemas económicos y familiares y para colmo con la gripe H1N1
Y le dije, ¿y ya viste al médico?... de donde tela, si no hay araña me respondió. Para no cansarte el cuento, lo llevé al médico. Este le pregunta, ¿cómo se siente? pues maluquiado (enfermo)... con dolor en la jupa (la cabeza) y en todo el cacaste (el cuerpo)...
El médico se reía de las expresiones del hermano... le recetaron Tylex cada seis horas, abundante líquido y reposo. También le recetó Gabirol cada 12 horas por cinco días.
Bueno ya tienes el medicamento, ahora hace falta la Oración... le dije, y leímos juntos del Libro del Eclesiástico 2,1-17:
"Si te has decidido a servir al Señor, prepárate para la prueba.
Conserva recto tu corazón y sé decidido,
no te pongas nervioso cuando vengan las dificultades.
Apégate al Señor, no te apartes de él;
si actúas así, arribarás a buen puerto al final de tus días.
Aceptas todo lo que te pase y sé paciente cuando te halles botado en el suelo.
Porque así como el oro se purifica en el fuego,
así también los que agradan a Dios pasan por el crisol de la humillación.
Confía en él y te cuidará; sigue el camino recto y espera en él.
Ustedes que temen al Señor, esperen su misericordia, no se aparten de él, pues podrían caer.
Ustedes que temen al Señor, confíen en él: no perderán su recompensa.
Ustedes que temen al Señor, esperen recibir todo lo que vale la pena:
esperen misericordia y alegría eterna.
Recuerden lo que les pasó a sus antepasados:
¿quién confió en el Señor y se arrepintió de haberlo hecho?
¿Quién perseveró en su temor y fue abandonado? ¿Quién lo llamó y no fue escuchado?
Pues el Señor es ternura y misericordia;
perdona nuestros pecados y nos salva en los momentos de angustia.
¡Ay de los flojos que dejan caer sus brazos, ay del pecador que se niega a elegir!
¡Ay de los flojos que no tienen confianza! por eso no serán protegidos!
¡Ay de ustedes que no han perseverado: ¿qué harán cuando el Señor les pida cuentas?!
Los que temen al Señor no desobedecen sus mandamientos;
los que son fieles en amarle siguen sus caminos.
Los que temen al Señor tratan de agradarle; los que lo aman se alimentan de su ley.
Los que temen al Señor tienen su corazón preparado; se humillan ante él y dicen:
"¡Pongámonos en las manos del Señor más bien que en las de los hombres,
pues su misericordia no es menos que su poder!"
Compartimos la lectura, celebramos el Sacramento de la Unción de los enfermos... Andaba en la Biblia un separador de la Oración de Abandono de Carlos de Foucauld
Padre,
me pongo en tus manos.
Haz de mí lo que quieras.
Sea lo que sea, te doy gracias.
Estoy dispuesto a todo;
lo acepto todo con tal de que tu voluntad
se cumpla en mí y en todas tus criaturas.
No deseo ninguna otra cosa, Padre.
Te ofrezco mi vida.
Te la doy con todo el amor
de que soy capaz.
Porque te amo y necesito darme:
ponerme en tus manos, sin medida,
con una infinita confianza.
Porque Tú eres mi Padre.
Saludos y bendiciones y si andas desanimado y también enfermo, tienes aquí una buena receta.
P. Oscar