viernes, 23 de julio de 2010

BUSCANDO SANTOS, ENCONTRÉ ¿¿¿ ???

Estuve de visita en una casa y llegó un muchacho muy triste, acababa de experimentar una Nueva Vida en un Retiro, iniciaba así un nuevo camino.

Luego de su primera reunión, se acercó a algunas personas del grupo y estaban hablando mal de un hermano de comunidad... y me decía... ¿cómo puede una persona estar cerca de Dios y hablar mal de otra? Y mire, me dolió, no lo conozco, ni se quien es... Ahhh y quiero pedirle que me diga, y disculpe la molestia, me explique eso....

No sabía cómo responderle... era un pecado no solo contra la persona de la cual se hablaba, sino para el mismo joven que me expresaba: "pensando encontrar santos, encontré ¿¿¿¿¿¿?????? y recordé el Catecismo

Mira por una parte, está la Calumnia, que es hacer una acusación a pesar de ser falsa o de no tener
suficientes conocimientos para hacerla. Pues puede hasta estar mintiendo sobre la vida de una persona, y date cuenta que la lengua es un arma poderosa y la calumnia usa ese poder para hacer daño.

Por otra parte, se está la Difamación Hermano, pues estaban desacreditándolo, hablando en contra de su buena opinión o fama.

El me detuvo y con la mano me decía... mire... lo que más me impactaba era que estas personas se decían amigas de él... a lo mejor algunas cosas que decían eran ciertas, pero ¿todas?...

Date cuenta que aunque sea verdad lo que ellos decían, estaban pecando pues le quitan a esa persona el derecho del buen nombre.

Entonces me insistía el joven, ¿por qué en el Retiro, cuando los escuchaba tocaron mi corazón para el Señor y ahora !!!!!!!. Creo que antes de hablar de otra persona, deberían de pensar si les gustaría que hablaran de la misma manera de ellos. Y finalmente les dije, discúlpenme, no es bueno lo que están haciendo, hasta me vieron con mala cara, no hablen de alguien que no esté presente para defenderse.

El muchacho, fue más allá y me decía ... Y la Biblia, ¿qué dice de eso?... No tengo una a mano, pero vamos a tu Computadora y busquemos en Internet, y con el muchacho comenzamos, entramos, encontramos estas citas (no todas), las leímos y compartimos

"Yo les digo que en el día del juicio los hombres tendrán que dar cuenta hasta de las palabras ociosas que hayan dicho. Por tus palabras serás declarado justo, y por lo que digas vendrá tu condenación". (Mateo 12:36-37)

"Ustedes han escuchado que se dijo a sus antepasados "No matarás" y el que mate deberá responder ante la justicia. Yo les digo más: cualquiera que se enoje contra su hermano comete un delito y el que lo insulte merece ir ante el Tribunal Supremo, y el que lo llame tonto es digno del infierno". (Mateo 5:21-22)

"¿No comprenden que todo lo que entra por la boca va a parar al vientre y después sale del cuerpo, mientras que lo que sale de la boca procede del corazón, y eso es lo que hace impuro al hombre? En efecto, del corazón proceden los malos deseos, asesinatos, adulterios, inmoralidad sexual, mentiras, chismes. Esas son las cosas que hacen impuro al hombre". (Mateo 15:17-21)

"Por la lengua cae el hombre. Que no te llamen calumniador, porque al ladrón le llega la deshonra, pero la condena será aún más severa para el hombre de doble lengua". (Eclesiástico 5:11-14)

"Quien se preste a la calumnia no encontrará descanso ni hallará paz. Muchos han caído por la espada, pero muchos más caerán por la lengua" (Eclesiástico 28:15-18)

"Hermanos, no se critiquen unos a otros. El que habla en contra de un hermano o juzga mal de él, habla en contra de la ley y juzga en contra de ella. Y si tú juzgas a la ley ya no la cumples, sino que te haces superior a ella. Pero uno solo hizo la ley y a la vez puede juzgar. El que es capaz de salvar o de condenar. Pero quién eres tú para juzgar al prójimo?" (Santiago 4:11-12)

"Arranquen de raíz entre ustedes: los disgustos, los arrebatos, el enojo, los gritos, las ofensas y toda clase de maldad. Por el contrario, muéstrense buenos y comprensivos unos con otros, perdonándose mutuamente, como Dios los perdonó en Cristo". (Efesios 4:30)

Finalmente, le invité a orar por las personas que estaban hablando mal y por aquella a la cual hacían daño.

Al regresar a casa, venía pensando. Cuánto daño hacemos cuando nos dedicamos a calumniar, difamar y chismear, no solo por las personas que nos escuchan, sino también por el daño que hacemos del que mal hablamos.

Qué triste, es darte cuenta, que muchos que se dicen AMIGOS, son quienes te calumnian, difaman y chismean por las espaldas.

Y peor aun cuando invitamos a personas a buscar a Dios, y tienen una imagen de una persona de cristiana, buena, entregada, de Iglesia... y ven este testimonio...

Antes de acostarme, oré por la fe y perseverancia de este joven... y le pedí al Señor: "Jesús, te pido de corazón, que bendigas a todos los que hablan, piensan y dicen calumnias, difamaciones y chismes de mi. Amén".

P. Oscar