jueves, 26 de agosto de 2010

A CABEZA DE MANGO, LO QUEREMOS EN LA CALLE Y AHORA TAMBIÉN EN SU CASA

Tengo un buen amigo a quien cariñosamente le decimos Cabeza de Mango, es un hombre alegre, entusiasta, trabajador, servicial, como pocos que en la vida he conocido... Todos deseamos estar con él...

Un día necesitaba un favor y me fui a casa de Cabeza de Mango (se llama Alberto), estaba la esposa y los dos hijos, me dijeron que no estaba, pero que no tardaría en llegar.

Los dos niños, se me acercaron a saludar, y para romper el hielo, los saludé y les pregunté: ¿Y cómo te llevas con tu papá? Uno de ellos me dijo. Mi papá es malo, solo viene peliando, nos pega, trata mal a mi mamá, somos felices cuando no está... Si, si es malo mi papa, dijo el hermanito menor. Me quedé sorprendido y no sabía que expresar o decir, llegó la esposa y se sentó, llorando me contaba la triste relación que estaban pasando.

En eso llegó Cabeza de Mango, el vio un ambiente pesado, entró se sentó, todos salieron como si hubiese venido el diablo... le hablé del favor que necesitaba y ni modo, a tocar el tema... Le decía: "Ve vos niño, todos te queremos y eres un signo de alegría, entrega, servicio, buen esposo y padre. Pero estaba hablando con tu familia... se puso rojito, con pena y le dije, aquí sos otra cosa.

Los niños estaban de largo sacando la cabeza... los llamé, se acercaron, y les pedí que dieran un abrazo a su padre, no querían, el pequeñito decía: no Padre mi papá es malo... En ese momento entró también la esposa... estaba complicándose el asunto y le pregunté, ¿quieres a tu marido?... se quedó callada, lloraba y no dijo nada.

Las manos las tenía heladas, y le dije a Cabeza... viéndolo los ojos, si sos tan bueno fuera, ¿por qué no lo sos con tus hijos y esposa...? El bajó la mirada al suelo, no decía nada, comenzó a llorar. Luego de un tiempo, les pedí que hiciéramos una oración, invocamos al Espíritu Santo, me acordé de 1Cor 13,4-8: "El amor es paciente y muestra comprensión. El amor no tiene celos, no aparenta ni se infla. No actúa con bajeza ni busca su propio interés, no se deja llevar por la ira y olvida lo malo. No se alegra de lo injusto, sino que se goza en la verdad. Perdura a pesar de todo, lo cree todo, lo espera todo y lo soporta todo. El amor nunca pasará". Y terminamos con un abrazo.

Al día siguiente llegó Cabeza de Mango a mi casa, cuando me vio me dio un abrazo y me dijo: Tienen razón, he sido mal esposo y mal padre, ayer les pedí perdón y con la ayuda de Dios quiero cambiar. Entonces le hice una propuesta: !Para que tu conversión sea estable y verdadera!, te invito a que cada día, invoques al Espíritu Santo, leas una Cita de la Palabra de Dios y ponla en práctica. Y aceptó el encargo.

Ten presente que tienes que aprender a controlar tu ira: Efesios 4,26; Proverbios 14,29; Colosenses 3,8; Colosenses 3,21; Mateo 5,22-24; Romanos 12,19-21; Efesios 4,31-32; Proverbios 12,16 Proverbios 14,16-17; Proverbios 16,32 Proverbios 19,11 Proverbios 21,4 Proverbios 29,8 Proverbios 30,33; Santiago 1,19-20; Salmo 37,8 Eclesiastés 7,9 Hebreos 10,30.

Luego tienes que reconocer tu culpa, porque has hecho daño: Juan 5,24; Juan 1,9; 1Juan 3,17-20; Romanos 8,1; Salmo 32, 1-5; Salmo 103,9-12; Hebreos 8, 12; Hebreos 10, 17-22; Jeremías 31,34; Jeremías 33,8; 2Crónicas 30,9; Isaías 43,25; Isaías 44,22; Isaías 55,7; 2Corintios 5,17; Apocalipsis 12, 10-11; Lucas 7: 47-48, 50 Miqueas 7, 18-19

Es importante también que te arrepientas de corazón: Salmo 31,11; Salmo 51,5-6.19; Lucas 5,8; Lucas 18,13; Juan 16,7-11; Isaías 6,5; Romanos 2,15; Hechos 2,37; Hechos 16,29-30; Génesis 3, 7-8; Génesis 42,21-22; Lamentaciones 1,20; Job 13,22-23; Job 40,4-5; 1Corintios 14,24-25

Y tienes finalmente que llegar al perdón y a la aceptación del mal que estabas haciendo para que no vuelvas a caer: Marcos 11,25; Mateo 5, 44-45; Mateo 18,21-22; Colosenses 3,13; Mateo 5,10-12; Mateo 6: 14-15; Romanos 12,20-21; 1Pedro 2,19-23; 1Pedro 4,14; Lucas 6,35-37; Efesios 4,31-32; Hebreos 10,30; Juan 6,37; Isaías 1,18; Jeremías 33,8; Romanos 10,11; Efesios 2,13-16; Romanos 5,9-10; 2Corintios 5,18-19; Ezequiel 33,19; 1Pedro 2,4-5; Isaías 43,25; Lucas 7,47-48; Miqueas 7,18-19; Colosenses 1,21-23; Salmo 103,1-5; Salmo 103,12-13; 1Tesalonicenses 5,9-10; Romanos 10,13

Ese fue el inicio de la conversión del Amigo. Ahora puedo decir que lo queremos en la calle y lo más importante, que también lo quieren en su casa.

Y entre ustedes, ¿cuántos Cabeza de Mango hay? Qué lindo sería que te quieran tus amigos y hermanos, pero que sobretodo te amen tu esposo (a) y tus hijos (as).

Bendiciones.

P. Oscar