domingo, 26 de septiembre de 2010

ME ENCUENTRO AGRADECIDO Y COMPROMETIDO

Quiero agradecerles a todos y todas aquellos que me acompañaron con sus oraciones durante mi Retiro Sacerdotal de la semana pasada, en el cual me siento invitado por el Señor a recomenzar en mi vida personal como Presbítero, con el compromiso que pide el Apóstol Pablo a Timoteo:

"Te ruego delante de Dios y de Cristo Jesús, juez de vivos y muertos, que ha de venir y reinar, y te digo: predica la Palabra, insiste a tiempo y a destiempo, rebatiendo, reprendiendo o aconsejando, siempre con paciencia y dejando una enseñanza.

Pues llegará un tiempo en que los hombres ya no soportarán la sana doctrina , sino que buscarán maestros según sus inclinaciones, hábiles en captar su atención, cerrarán los oidos a la verdad y se volverán hacia puros cuentos.

Por eso debes estar siempre alerta. Supera las dificultades, dedícate a tu trabajo de evangelizador, cumple bien tu Ministerio". (2Timoteo 4,1-5)

A la luz de esta Palabra,
deseo continuar mi camino sacerdotal pidiendo a Jesús,
me ayude a sevirlo en mis hermanos,
que me bendiga con renovados dones,
que intensifique mi deseo de ofrendarle mi vida
en la oración y en el Ministerio,
celebrando con amor y devoción la Santa Eucaristía,
visitando los hogares, confortando en la enfermedad,
perdonando y siendo signo de misericordia,
mostrando compasión y ayudando a los pobres y necesitados,
bendiciendo Matrimonios
y bautizando en el Nombre del Padre, del Hijo y del Santo Espíritu,
y formando en la Misión discípulos y misioneros de Jesús y de María,
en comunión con mi Iglesia y en amor a mis hermanos.

Les ruego a ustedes, me tengan siempre en sus oraciones.
"Que los bendiga el Dios de la paz que rescató de entre los muertos a Jesús, nuestro Señor,Pastor Supremo de las ovejas, por haber derramado la Sangre de la Alianza eterna;que les haga adquirir todo lo que es perfecto, para que así cumplan su voluntad,pues Él pone en nosotros lo que le agrada, por Cristo Jesús,a quien sea la Gloria, por los siglos de los siglos. Amén" (Hebreos 13,20-21)