jueves, 10 de marzo de 2011

¿Y... NO TE GUSTARÍA SER COMO UN NIÑO?... PUES YO SI.

Estuvo en Villa Sandino de visita Pipo Firulais, el Payasito de Dios de Guatemala en una Jornada de encuentro con la Comunidad, con todos los Niños de la Infancia Misionera, hicimos una Misión, fuimos a las Escuelas y casas a invitarles a este encuentro y también invitamos a toda la Comunidad. Y mira que lindo, era impresionante la cantidad de niños y adultos que se congregaron, como pocas veces he visto la Iglesia tan llena.


Y observando a tantos niños y adultos, se me fue la onda y la imaginación y pensaba en las Palabras de Jesús:  Dejen que los niños vengan a mí, porque de los que son como ellos, es el Reino de los Cielos" Mateo 19,14

Yo veía en los niños la inocencia, como veían al Payasito, pues tienen la inocencia para las cosas del mundo, inocencia ante la maldad, inocencia para lo que juegan, inocencia para todo lo que viven. Y me decía si pudiera  recuperar esa inocencia de poder establecer cualquier tipo de relación con las personas que me rodean, sin importar sus defectos, para que no los juzgue y los acepte tal como son.

Yo veía en los niños sinceridad y pureza, en cada gesto, canto y magia del Payasito, viendo sus ojos, irradiaban  en sus gestos limpieza y pureza y en ellos encontraba su alma. Y entonces me decía, si fuera como estos niños limpio por dentro de toda maldad y falsedad. Me doy cuenta que mis actitudes son el reflejo de mi alma, si estoy bien por dentro, soy capaz de estar bien con mis hermanos, amigos y familiares. Analizaba mi vida y pedí a Dios vaya purificándome, tengo que empezar a ser feliz yo, para poder hacer felices a los que me rodean.

Yo veía en los niños confianza, cuando el Payasito, les invitaba a un juego, un canto y una dinámico ellos se entregaban.  Y otra vez, pensaba, el niño confía sin preocuparle nada y se entrega sin esperar que sucedan cosas difíciles. Y entonces, otra revolcada:  cuanto me cuesta dejar mis necesidades en las manos de mi Señor, soltarme en sus brazos misericordiosos y dejarme guiar por Él.

Yo veía en los niños nobleza, todos los niños emocionados se iban adelante y no dejaban moverse al Payasito, el cual les llamaba la atención y les hacía ir hacia atrás, el pobre creo que ya no los aguantaba. Se enojaban pero al momentito, sin guardar resentimiento, volvían a juntarse con el Payasito. Y entonces, me di cuenta que no debo ser rencoroso y que debo perdonar en todo momento, por cualquier error cometido y así aprovechar la vida para amar.

Yo veía en los niños vivir intensamente el presente, desde temprano estaban en la Iglesia, corriendo de arriba a abajo, sin preocupaciones, cuando iniciamos con cantos de animación, cantaban, aplaudían, brincaban estaban felices, y cuando salió Pipo Firulais, la emoción desbordante. Y viéndome sentado ahí me di cuenta que tengo que aprender como ellos a vivir el momento, he de amar a mis seres queridos, abrazarlos, decirles lo importante que son para mí, dejar a un lado el pasado que ya no está, ni el futuro que no tengo en las manos, vivir el momento, y les confieso fue lindo.

En fin, que emoción, que alegría, que enseñanza la que viví como un niño, con mis niños, con Pipo Firulais, el Payasito de Dios. ¿Y... no te gustaría SER COMO UN NIÑO?  Pues yo sí... Amén

P. Oscar