LA SANTA CRUZ DE LOS SUEGROS

Estaba de visita en casa de unos jóvenes recién en su tercer aniversario de casados, yo los había casado... y compartíamos sus primeros años de Matrimonio, y les pregunté: ¿qué ha sido lo más difícil en su relación? Se quedaron viendo y al unísono me dijeron: MIS SUEGROS Es importante tener en cuenta que cada uno en el Matrimonio tiene una familia de origen, una historia donde sus padres, abuelos y familiares proporcionan un modelo a seguir. Cuando hay un Matrimonio que inicia el camino, los padres tienen que dejar ir sanamente a sus hijos e iniciar una nueva forma de relación de apoyo y ayuda. Sin embargo esto es teoría, hay suegros que siguen queriendo disponer de sus hijos sobreprotegiéndolos, poniendo como pretexto el ser responsables de resolverles la vida y claro entrometiéndose en las decisiones que como pareja tienen que ir tomando. Entonces les pregunté, otra vez: ¿qué es lo positivo que tienen sus suegros?. El me dijo, si me gusta que intercambiemos visitas y tengamos encuentros con nuestras familias por separado y juntas, es decir con mi familia y con la de ella, y a veces las dos juntas. El otro día nos pusimos de acuerdo para ver la pelea, en un buen ambiente familiar. Ahh, dijo ella, llegamos a un acuerdo, tratar de no a ofender, ni hablar mal de mis suegros, en la medida de lo posible. También convenimos en pedirles de vez en cuando nos ayuden con los nietos y que se relacionen con ellos  y ha sido bonito. Y ahora la pregunta del millón, Toribio primero y Sebastiana después: ¿en qué no se llevan bien con sus suegros? Me decía Toribio, no me parece que mis suegros quieran entrometerse en nuestra vida de pareja, y siempre dicen: es por el bien de mi hija, vos no sabes nada, me desautorizan con mi hijo y se creen dueños de Aquileo y eso es feo. Miren tienen que tener en cuenta que al estar unidos en Matrimonio: "Por eso el hombre deja a su padre y a su madre para unirse a su mujer, y pasan a ser una sola carne" (Gén 2,24). Ahora bien, ¿qué significa "ser una sola carne"? Implica algo más que vivir juntos: implica formar una nueva familia, una que está por encima de sus respectivas familias y esto tienen que tenerlo claro los dos. Tengan en cuenta que todavía tienen que respetar a sus padres y atenderlos debidamente:  "Hijos, obedezcan a sus padres, pues esto es un deber: Honra a tu padre y a tu madre. Es, además, el primer mandamiento que va acompañado de una promesa: para que seas feliz y goces de larga vida en la tierra." (Ef 6,1-3) Por otra parte, sean objetivos, muchas veces pasa que la relación padres e hijos son diferentes en sus familias, la educación y el trato recibido en la familia, influye en la manera de ver las cosas, por eso deben evitar caer en los celos: "El amor es paciente y muestra comprensión. El amor no tiene celos, no aparenta ni se infla." (1Cor 13,4) Tal vez el problema no sean los suegros, sino que ustedes no ven las cosas desde la perspectiva del otro, recuerden que son diferentes, como dice la Escritura: "¿Puedo pedirles algo en nombre de Cristo, hablarles del amor? ¿Han recibido el Espíritu y son capaces de compasión y ternura?  Entonces denme esta alegría: pónganse de acuerdo, estén unidos en el amor, con una misma alma y un mismo proyecto. No hagan nada por rivalidad o vanagloria. Que cada uno tenga la humildad de creer que los otros son mejores que él mismo. No busque nadie sus propios intereses, sino más bien preocúpese cada uno por los demás." (Fil 2,1-4) Por eso es importante, que tengan un actitud más equilibrada,  pues aceptar, querer a los suegros es también querer y aceptar a su pareja, además que tienen que respetar a sus padres, sin descuidar su Matrimonio. Ahora que estamos entrando en confianza, tenemos otro problema, me dijo ella, y es que mis suegros se meten en nuestras dificultades, dando consejos sin que se los pidamos. Si tu mamá siempre critica mi forma de cocinar, de limpiar e incluso de educar al  niño. Y esta situación solo provocaba más discusiones. Mira, trata de entender por qué tus suegros actúan así, poniéndose en su lugar. Muchas veces los padres simplemente quieren sentir que todavía son importantes para los hijos. Y si te das cuenta que no tienen una mala intención ten presente el principio bíblico: "Sopórtense y perdónense unos a otros si uno tiene motivo de queja contra otro. Como el Señor los perdonó, a su vez hagan ustedes lo mismo" (Col 3,13) Si el problema persiste, es bueno poner ciertos límites a los padres, será pues necesario sentarlos y decirles duramente lo que no deben hacer y dejarles saber  que la prioridad es su cónyuge. Ten presente que cuando tus padres opinen, no les des inmediatamente la razón. Recuerda que estás sentando las bases de una nueva familia. Así que, primero, pregúntele a su esposo que piensa al respecto. Finalmente, traten los dos de hacer algunas acciones de común acuerdo con sus suegros y verán que si van a cambiar: Sean tolerante con ellos, ya son personas de edad avanzada. Muestren entusiasmo en los momentos de convivencia con ellos. No dejes de comunicarte con tus suegros. Si la relación con tus suegros es insostenible, tendrás que aprender a ignorarlos. Olvídate de buscar su aprobación para todo y tenerlos contentos; si el hijo o hija, no ha podido conformarlos con la elección de su mujer o de su esposo, ustedes tampoco lo lograrán, hagas lo que hagas. Traten de amoldarse un poco a sus costumbres cuando estén con ellos y disfruten; si no te gustan, no critiques puedes herirlos.  Recuerda que tu suegros son los padres de la persona que amas, y ellos son sus abuelos; así que ten paciencia con ellos. Que el Señor les bendiga y les mantenga siempre unidos en su Matrimonio, con la Santa Cruz de sus Suegros. P. Oscar padreoscar@avemariatv.com