Comentario del Evangelio por San Efrén (v. 306-373) diácono en Siria, doctor de la Iglesia - Sobre la efusión del Espíritu Santo
«Igual que el Padre me ha enviado a mi, así os envío yo a vosotros»
Los apóstoles estuvieron allí, sentados en el Cenáculo, en la cámara alta, a la espera del Espíritu. Estaban ahí, dispuestos como antorchas, a la espera de ser encendidas por el Espíritu Santo para iluminar toda la creación a través de su enseñanza...Estaban ahí, como los cultivadores llevando su semilla en el manto, esperando el momento en que recibirán la orden de sembrar. Estaban ahí, como marineros cuya barca está amarrada en el puerto al mando del Hijo y que esperan tener el dulce viento del Espíritu. Estaban ahí, como pastores que acaban de recibir su cayado de las manos del Gran Pastor de todo el redil y esperan que les sean repartidos los rebaños.
«Y empezaron a hablar en distintos idiomas según el Espíritu les concedía expresarse.» ¡Oh Cenáculo, artesa donde fue arrojada la levadura que ha hecho levantar el universo! Cenáculo, madre de todas las iglesias; Cenáculo, que ha visto el milagro de la zarza ardiente (Ex 3). Cenáculo que ha sorprendido Jerusalén con un prodigio mucho más grande que el del horno que maravilló a los habitantes de Babilonia (Dn 3). El fuego del horno quemó a los que estaban alrededor, pero protegió a los que estaban en medio de él; el fuego del Cenáculo reúne a los de fuera que desean verlo mientras reconforta a los que lo reciben. ¡OH fuego cuya visita es palabra, el silencio es luz, fuego que conduce los corazones a la acción de gracias!...
Algunos que se oponían al Espíritu Santo decían "estas personas han bebido del vino dulce, están ebrios." Realmente decís la verdad, pero no es como creéis. Esto no es vino de viñas lo que hemos bebido. Es un vino nuevo que fluye del cielo. Es un vino recién prensado sobre el Gólgota. Los apóstoles lo han hecho beber y han embriagado así toda la creación. Es un vino que ha sido prensado en la cruz.