Padre Oscar Chavarría |
Me invitaron a un cabo de año en una comarca, de una gente muy humilde y pobre, el finado, Jorge, era un hermano muy querido en la comunidad. Y los que asistieron al mismo eran una multitud… yo veía que habían unos grandes peroles llenos de comida y unas enormes tinas para fresco. Asombrado de la cantidad de gente y comida, la viuda, una señora ya anciana se me acercó y decía, hermano Padre, mire la bondad de Dios que está dispuesto a darnos todo lo que nos sea necesario, pero todo lo que de Él viene, no es solo para nosotros, sino que para que lo compartamos. Leer más