jueves, 12 de agosto de 2010

TRABAJÁ..., TRABAJEN..., TRABAJEMOS...

Dicen de don José, que es un trabajador que todos desearían tener. Es una especie en extinción. Junto a él estaban un grupo de jóvenes amigos, hablando de sus proyectos y metas cumplidas en la semana laboral. Me acerqué y les comencé a preguntar ¿cómo empezaron?, ¿qué dificultades hubo en el camino?, ¿qué decisiones tuvieron que tomar?.
Don José, escuchaba atentamente y nos dijo: miren muchachos si ustedes quieren ser trabajadores de verdad tengan una cosa presente, solo progresa el que trabaja duro, por eso: "Trabajá..., trabajen... trabajemos"
Permítanme, antes del fin de los días darles algunos consejos, que recibí de mi padre y mi abuelo, que en paz descansen. Todos nos quedamos sorprendidos, estaba con una luz fuera de lo normal, queriendo darnos su testamento. Hasta el más vago se puso a atenderle.
Antes que todo pongan en manos de Dios el día de trabajo, pidan su luz cuando tengan que tomar decisiones, y den gracias al Señor al terminarlo. Desde mi juventud, en cada trabajo que hice puse el alma, traté siempre de quedar bien, aunque muchas veces ni gracias me dieron, pero me sentía satisfecho.
Cuando una cosa no me salía bien o con dificultad no buscaba excusas sino un remedio, pues todo problema tiene una solución, y cuando lo conseguía quedaba feliz. Nunca esperé que me anduvieran vigilando, por eso hacía bien las cosas, pocas veces me llamaron la atención y cuando lo hicieron con razón aprendí, cuando no la tenían se los mostraba con hechos
Comencé de ayudante, llegué a jefe, y no fue ni por suerte, pues los ascensos se conceden a quien más lo merece y menos lo solicita. Recuerden que los trabajos no son lugares de beneficencia, si trabajas bien mantienes tu trabajo y si mal lo haces te corren
En todos los lugares hay cuentos y críticas, no caigas en la crítica de tus superiores, imita de toda persona lo bueno, no lo malo que veas. No se dejen envenenar ni predisponer contra nadie, el mal se vence a fuerza de bien, ah y eso sí con perseverancia y lealtad.
Bueno mucho he hablado, hagan caso de estos consejos y traten de ponerlos en práctica, y cuando ya estés jubilado y viejo como yo, tendrás el recuerdo de haberte ganado el pan de cada día, de la mejor manera posible. Hasta melancólico se puso el amigo. Todos quedamos callados un momento, compartiendo con gestos y miradas las sabias palabras del amigo.
En eso se apareció, doña Chavela, esposa de José y decía, lean Proverbios 16. Pedimos una Biblia y leímos estas Palabras: "El hombre propone, pero Yavé dispone. Cada cual justifica sus decisiones, pero Yavé sopesa los espíritus. Encomienda tus obras a Yavé, y tus proyectos se realizarán.
Yavé hizo todo con un propósito, y al mismo malvado para el día del castigo. Yavé detesta el corazón altanero: no podrá quedar sin castigo. Con la bondad y la fidelidad uno repara sus faltas, pero con el temor de Yavé se aleja del mal.
Si Yavé aprecia tu conducta, hará que tus mismos enemigos se reconcilien contigo. Más vale tener poco y ser honrado, que ganar mucho en forma indebida. Cada uno decide dentro de sí su camino, pero Yavé asegura sus pasos" (Proverbios 16,1-9)

Me quedé pensando, de todas estas experiencias. Ayer uno de los muchachos, llamado Toribio, que estaba oyendo a Don José, me llevó una reflexión escrita y me dijo, mire aquí le traigo, léalo y vea si esta bueno...:
"Hay quien trabaja todo el tiempo, en cualquier empleo por más modesto que sea, trata de hacer lo mejor porque sabe, que el método seguro para obtener éxito es el trabajo constante. Otros se quedan esperando una mejor oferta laboral porque no quieren pagar ningún precio por el éxito. Creen que son mejores de lo que son y no aceptan empleos que no se ajusten a esta fantasía
Conozco a quien que no le importa cuánto gane, jamás disminuye el esfuerzo en su tarea cotidiana porque sabe que algún día la recompensa llegará. Mientras tanto disfruta lo que va logrando día a día. En cambio otros, suponen que deben ser recompensados de antemano. Trabajan a desgano si el sueldo es bajo o directamente prefieren no hacerlo.
Hay quien tiene paciencia para lograr su meta, sin embargo muchos son muy impacientes y cambian constantemente de proyectos porque no tienen una me.
En cada día, encontraremos adversidades y fracasos y estos nos enseñan y tenemos que aprender de nuestros propios errores, pero también es cierto que muchas veces, cometo todo el tiempo los mismos errores porque me empecino en ir por el camino más largo.
Hay que darse cuenta que los proyectos son sólo sueños si no hay acción de su parte para convertirlos en realidad, por otro lado, hay quienes esperan que sus sueños se hagan realidad por obra y gracia de un milagro, fantasean con la idea de ganar algún premio que los salve, sin poner nada de su parte.
Un buen trabajador, comparte los bienes materiales logrados porque entiende que todas las personas se van de este mundo sin nada, otros, guardan lo logrado y no se detienen a calmar la necesidad ajena.
En tiempos de crisis, hay que tener claro que no todo se puede tener, ni gastar, pues no se ha de vivir siempre de prestado. El que vive de prestado, va alternando las personas a las cuales acuden y cosechan enemistades por esto, pero lo prefieren antes que trabajar por poco.
En fin..., gracias Señor por el pan de cada día, por el trabajo que tengo y por las capacidades que me das, que pueda disfrutar cada día y al llegar a mi familia poder decirte: Gracias Señor por el trabajo que tengo y realizo a cada día. Amén."
¿Qué puedo decir?... Te pido por todos mis hermanos trabajadores, bendice sus labores, guía sus caminos. Que Jesús el Señor les bendiga ahora y por siempre.

P. Oscar

PD. Algunos Herman@s, quieren comunicarse conmigo, pueden hacerlo a: padreoscar@avemariatv.com