Jesucristo Señor de la historia,
te necesitamos.
Nos sentimos heridos y agobiados.
Precisamos tu alivio y fortaleza.
Queremos ser nación,
una nación cuya identidad
sea la pasión por la verdad
y el compromiso por el bien común.
Danos la valentía de la libertad
de los hijos de Dios
para amar a todos sin excluir a nadie,
privilegiando a los pobres,
y perdonando a los que nos ofenden,
aborreciendo el odio
y construyendo la paz.
Concédenos la sabiduría del diálogo
y la alegría de la esperanza
que no defrauda.
Tú nos convocas. Aquí estamos, Señor,
Cercanos a María, que nos dice:
Jesucristo, Señor de la historia,
te necesitamos.
Amén.