Visitaba a una amiguita enferma, cuando llegué a su casa, me pidieron esperar un poco, se estaba alistando para orar juntos y compartir con ella la Unción de los Enfermos y la Santa Comunión. Salió sonriente, la llevaban en una silla de ruedas, con la quimioterapia, había perdido casi todo el pelo, se puso una pañoleta en la cabeza, bien pintadita y rebosante de entusiasmo. Cuando me vio, me abrió sus brazos, con una gran sonrisa y alegría, y me decía... Hoy es el día más hermoso de mi vida.
Oramos con una lectura Bíblica, tomada de Lamentaciones 3,21-26: "Esto reflexiono en mi corazón, y por ello esperaré. El amor de Yavé no se ha acabado, ni se han agotado sus misericordias; se renuevan cada mañana. Sí, tu fidelidad es grande. Dice mi alma: «Yavé es mi parte, por eso en él esperaré.» Bueno es Yavé para los que esperan en él, para el alma que lo busca. Bueno es esperar en silencio la salvación de Yavé." (Lamentaciones 3,21-26). Hicimos peticiones, la ungí con el Óleo Santo de los Enfermos, compartimos la Santa Comunión y la felicitaba por su gozo y ánimo en medio de su enfermedad. Y me dijo siempre me dicen lo mismo, y es que tengo un secretito, se lo voy a dar, y me dio una hojita que decía: No existe un día más hermoso que el día de hoy. La suma de muchísimos ayeres, forma mi pasado. "Mi pasado se compone de recuerdos alegres..., tristes... Algunos están fotografiados y ahora son cartulina donde me veo pequeña, donde mis padres siguen siendo recién casados, donde mi ciudad parece otra. "El día en que ayer pudo haber sido un hermoso día... Pero no puedo avanzar mirando constantemente hacia atrás. Corro el riesgo de no ver los rostros de los que marchan a mi lado. "Acaso el día de mañana amanezca aun más hermoso. Pero no puedo avanzar mirando sólo el horizonte. Corro el riesgo de no ver el paisaje que se abre a mi alrededor. "Por eso, yo prefiero el día de hoy. Me gusta pisarlo con fuerza, gozar su luz, o estremecerme con su frío, sentir como cada instante, dice: ¡presente!. "Sé que es muy breve, que pronto pasará, que no voy a poder modificarlo luego, ni pasarlo en limpio. Como tampoco puedo planificar demasiado el día de mañana: es un lugar que todavía no existe.
"Ayer fui. Mañana, seré. Hoy, soy. Por eso: Hoy te digo que te quiero. Hoy, te escucho. Hoy te pido disculpas, por mis errores. Hoy te ayudo. Hoy comparto lo que tengo. Hoy me separa de ti sin guardar ninguna palabra para mañana. "Porqué: Hoy respiro, transpiro, veo, pienso, oigo, sufro, huelo, lloro, trabajo, toco, río, amo. Hoy... Hoy estoy, vivo. Como tú. "El ayer es historia, el mañana es misterio; y el hoy es un regalo: por eso se lo llama presente. Y si Hoy vivo feliz en el Señor, nada temo"
Hace unos días murió, alegre en el Señor, y a todos los que le visitaban, como yo, nos dejó este testamento y esta tarea. Amiguita Andrea, hoy vives con el Señor. Amén.
P. Oscar oscarchava@avemariatv.com |