jueves, 10 de junio de 2010

CUIDADO SE LAS CACHAN

Hola Amigu@s, estamos en este mes de Junio, en la Misión de Jóvenes, en cada Comunidad se invita a participar solo a jóvenes y está siendo una linda experiencia.

Los hermanos Responsables de las Comunidades, me comentaban que en algunas de ellas, los padres de familia, estaban atentos, pues es bastante común en esta zona, que los novios se llevan a las muchachas, se ponen de acuerdo, y se van juntos, y lo expresan diciendo: se la Cacharon, o se la robaron o se fueron de juida.
En muchas ocasiones, cuando uno visita las Comarcas y pregunta por alguna catequista o del coro, ya le dicen, uhhh Padrecito, ya se la cacharon... por ello, están los padres Ojo al Cristo con sus muchachas.

Es por eso que aprovechando la participación de muchos jóvenes, hombres y mujeres, vamos a meditar con los jóvenes, en cada Comunidad: Proverbios 4,1-20.

Te invito a leer atentamente este texto y a que saques consejos para tu vida, si eres joven de 12 a 99 años, o eres padre de familia para tus hijos, o para tus amistades jóvenes:
"Hijos míos, escuchen la enseñanza de un padre, estén atentos para conocer la verdad. Les doy un saber bueno, no rechacen mi enseñanza.
"Yo mismo fui un hijo dócil con mi padre, el hijo regalón de mi mamá; él me instruía entonces en estos términos: "¡Recuerda bien mis palabras; sigue mis consejos y vivirás!
¡Busca la Sabiduría! ¡Hazte inteligente! No olvides lo que te digo, no menosprecies mis palabras. Si no abandonas la sabiduría, ésta te protegerá; ámala y velará por ti El principio de la Sabiduría es correr tras ella; ¡busca la inteligencia a cambio de todo lo que tienes! Elígela, te exaltará; apégate a ella, te honrará. Pondrá en tu cabeza una magnífica diadema, te regalará una corona de gloria".
Atiéndeme, pues, hijo mío, toma en serio mis palabras, y vivirás largos años. Cuando te haya enseñado los caminos de la sabiduría, cuando haya orientado tu ruta, caminarás sin vacilar y podrás correr sin miedo a caerte. Conserva mi disciplina, no la dejes: guárdala y vivirás.
¡Pero, no tomes el camino de los malvados, no vayas por el sendero de los malos! Evítalos, apártate de ellos; ándate por otro camino y pasa lejos. Porque no pueden dormir si no hacen el mal; no descansan en tanto no le hayan hecho daño a alguien. El crimen se volvió su pan, y la violencia, el vino de que tienen sed.
El camino de los justos es como la luz de la aurora: su resplandor va aumentando hasta el mediodía. Pero el camino de los malvados es sólo oscuridad; no ven lo que los hará caer.
¡Hijo mío, pon atención a mis palabras, oye bien mis discursos!
Tenlas presentes en el espíritu, guárdalas en lo más profundo de tu corazón.
Porque son vida para el que las acoge, son un remedio para el cuerpo.
Primero que nada, vigila tu corazón, porque en él está la fuente de la vida.
Rechaza cualquier lenguaje perverso, abstente de cualquier mentira.
Que tus ojos miren de frente, que tu mirada sea franca.
Tantea primero el suelo bajo tus pies, para que tu andar sea seguro.
No te vuelvas a derecha ni a izquierda, sino que aléjate del mal
PALABRA DE DIOS
Por otra parte, te invito a vivir desde el Amor Misericordioso del Corazón de Jesús, para que nuestras vidas sean conducidas en Él. Oremos con Juan Pablo II:
Señor Jesucristo, Redentor del género humano, nos dirigimos a tu Sacratísimo Corazón con humildad y confianza, con reverencia y esperanza, con profundo deseo de darte gloria, honor y alabanza.
Señor Jesucristo, Salvador del mundo, te damos las gracias por todo lo que Tú eres y todo lo que Tú haces.
Señor Jesucristo, Hijo de Dios Vivo, te alabamos por el amor que has revelado a través de tu Sagrado Corazón, que fue traspasado por nosotros y ha llegado a ser fuente de nuestra alegría, manantial de nuestra vida eterna.
Reunidos juntos en tu nombre, que está por encima de cualquier otro nombre, nos consagramos a tu Sacratísimo Corazón, en el cual habita la plenitud de la verdad y la caridad.
Al consagrarnos a Ti, renovamos el deseo de corresponder con amor a la rica efusión de tu misericordioso y pleno amor.
Señor Jesucristo, Rey de amor y Príncipe de la paz, reina en nuestros corazones y en nuestros hogares. Vence todos los poderes del maligno y llévanos a participar en la victoria de te Sagrado Corazón.
¡Que todos proclamemos y demos gloria a Ti, al Padre y al Espíritu Santo, único Dios que vive y reina por los siglos de los siglos! Amén.
SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, EN VOS CONFÍO